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La semana pasada tuve la suerte de vivir una nueva aventura en el Camino de Santiago. En este caso como guía acompañante de un pequeño grupo organizado de 10 personas. La historia comienza en Sarria, a unos 115 km de Santiago de Compostela. Todos los integrantes del grupo están un poco nerviosos, ya que no se conocen entre ellos.
Bienvenida y consejos para hacer el Camino de Santiago en grupo:
Al llegar al establecimiento por la tarde nos reunimos todo el grupo para conocernos. Es importante explicarles bien como será nuestra aventura por el Camino de Santiago en grupo, una modalizadad para hacer el camino con todo organizado y en la mejor compañía que recomendamos a nuestros clientes. Disfrutamos de un cóctel y unos aperitivos que nos ayudan a romper el hielo. A los 5 minutos de charla todos se encuentran mucho más tranquilos y nos damos cuenta en seguida de que el viaje será un éxito.

Cóctel de bienvenida
Todo el mundo es muy amable y simpático. Charlamos sobre las jornadas que nos aguardan. Yo, como guía, les doy indicaciones de cómo van a ser los próximos días: lo que vamos a ver, la dificultad y duración de las etapas que vamos a recorrer y, por supuesto, consejos para hacer nuestra peregrinación más fácil, como por ejemplo:
- Realizar estiramientos antes, durante y después de las caminatas.
- Procurar no realizar comidas demasiado copiosas durante las caminatas, pero comer durante el día fruta, frutos, secos, chocolate… para darle a nuestro cuerpo la energía que necesita para alcanzar la meta.
- Importantísimo el cuidado y la higiene de los pies, que muchos descuidan y que es imprescindible para que la peregrinación sea mucho más llevadera.
- Y un montón de tips más que una ha ido aprendiendo con la experiencia.
Nuestro grupo organizado en el Camino
Primer día: etapa Sarria -Portomarín
Cena y desayuno
Tras responder todas y cada una de las preguntas, tenemos nuestra primera cena en grupo, que nos permite seguir conociendo a los participantes con los que vamos a compartir la experiencia.
Al día siguiente nos levantamos tempranito para empezar pronto la etapa y evitar así las horas más calurosas del día. Por lo que empezamos todos juntos a caminar, tras coger fuerzas con un maravilloso desayuno buffet. ¡Qué bien sienta llenarse de energía por la mañana!

Desayuno Buffet
Coche de apoyo en nuestro Camino en grupo:
Una de las ventajas que tenemos en este viaje, es que tenemos a nuestra disposición un coche de apoyo que nos irá acompañando todo el recorrido a Santiago y que nos iremos encontrando cada pocos kilómetros, por lo que podemos guardar nuestras cosas de valor, dejar chaquetas, abrigos y chubasqueros (¡en Galicia nunca se sabe cuándo será necesario!), comida y snacks para el camino, o cualquier cosa que necesitemos. Además, sabemos que en caso de no poder seguir caminando, tendremos cerca de nosotros a alguien en todo momento, lo cual da mucha seguridad y tranquilidad.

Vehículo de apoyo Tee Travel
Yo como guía, camino en todo momento con el grupo, cada metro de las etapas, lo que me permite, responder sus dudas sobre el paisaje, la cultura, la gastronomía, etc.
La primea etapa llega a su fin, y el grupo tiene toda la tarde para poder relajarse en nuestro hotel a la vera del Río Miño.

Relax frente al Río Miño
Por la noche durante la cena, compartimos nuestra experiencia en el primer día de caminata. Hay varios factores en común entre los comentarios del grupo: La belleza de los paisajes y la amabilidad de la gente. No podemos dejar pasar durante la cena el probar la famosa tarta de Portomarín y el orujo de esta localidad.
Segunda etapa Portomarín – Palas de Rei
El segundo día partimos en dirección a Palas de Rei. A mitad de etapa, todos decidimos visitar el Castro de Castromaior, a tan solo unos metros del Camino. El Castro data del siglo IV a.C. y estuvo habitado hasta el siglo I d.C. Es una de esas joyas que el camino esconde y que sorprende al visitante.

Castro de Castromaior
La etapa termina en Palas de Rei, donde nos trasladamos a una casa de turismo rural a unos 10 minutos del pueblo, donde podemos disfrutar de la tranquilidad y el relax del entorno.
Nuestra cena:
De nuevo cenamos todos juntos y la charla de esta noche se centra en que todos están felices de haber escogido esta opción de grupo organizado para hacer el camino desde Sarria, y en lo que uno valora las cosas pequeñas cuando hace el camino . Lo reconfortante de un baño que nos llena de energías, tomarse un vino en la tranquilidad del campo, los sonidos de la naturaleza, o lo bien que sabe la comida… ¡tras 20 kilómetros de caminata!
Tercera etapa Palas de Rei – Arzúa:
El tercer día del camino es el más largo y duro de nuestro grupo: 28 kilómetros. Nos alegramos mucho de tener el coche de apoyo, donde tenemos agua fresquita y snacks para reponer fuerzas. Al llegar a Melide, nos detenemos para tomar todos juntos una tapita del pulpo más famoso de Galicia y unos pimientos de Padrón.

Pulpo á feira
Tras el picoteo, estamos preparados para afrontar la segunda parte del día. Al llegar a Ribadiso, tres kilómetros antes de finalizar la etapa en Arzúa, paramos un ratito para remojar los pies en el río ¡Qué bien sienta la frescura en los días de calor!

Relax en Ribadiso
Al llegar a Arzúa, nos sentamos en una terraza en la plaza del pueblo ¡para brindar con una Estrella Galicia por el logro de haber finalizado la etapa más dura de nuestro Camino de Santiago y probar el famoso queso de la D.O Arzúa Ulloa!

Queso DO Arzua Ulloa
Cuarta etapa Arzúa- Rúa:
El cuarto día, aunque caluroso, caminamos gran parte de la etapa a la sombra de los árboles. Cada día nos paramos al menos un par de veces para sellar nuestra credencial de peregrino y poder así conseguir nuestra Compostela a nuestra llegada a Santiago.

Sellando la Credencial del Peregrino
Además, este día, tan solo teníamos que caminar 19 kilómetros, por lo que terminamos muy prontito y pudimos descansar toda la tarde, pasear por el pueblo y conversar con otros peregrinos.
Etapa final Rúa- Santiago de Compostela:
El quinto día era también el último, por lo que todos teníamos sentimientos encontrados: La alegría por llegar y completar la peregrinación, y la tristeza de saber que la aventura estaba llegando a su fin…
En Monte do Gozo paramos junto a la Estatua de los Peregrinos a contemplar las vistas de la ciudad de Santiago de Compostela, de la que solo nos separaban 4 kilómetros.
La llegada a Santiago de Compostela:
Y poco a poco nos fuimos acercando más y más a la Catedral. Desde la Plaza de Cervantes caminamos juntos por la Rúa de Azabachería, donde empezamos a escuchar la gaita que nos recibía con su cantar. Tras cruzar el arco, llegamos a la Plaza del Obradorio. ¡Qué sensación! Es indescriptible la mezcla de sentimientos y sensaciones que invaden el cuerpo y la mente… y lo mejor de todo sin duda, poder compartirlo con aquellos que te han acompañado paso a paso y metro a metro.
Por supuesto nos paramos a contemplar la plaza, la impresionante fachada barroca y a tomarnos la foto de rigor.

Fachada de la Catedral de Santiago
Tras saborear el éxito del triunfo, decidimos saborear también un vinito en la calle del Franco. Paseamos por la ciudad, nos dejamos perder por las calles del casco histórico y cenamos de nuevo todos juntos. Durante la cena tuve el orgullo de entregar a cada uno de los participantes su merecido diploma: la Compostela.

La Compostela
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